Conducta agresiva en niños y cómo manejar a los niños tiranos

¿Por qué mi hijo es tan maleducado?

Seguro que como padre o como madre te has hecho esta pregunta cuando tu hijo se porta mal y te deja en evidencia. Es difícil aceptar el mal comportamiento de los hijos.

Como padre o madre quieres lo mejor para él, te preocupas y haces todo lo que está en tus manos para que tenga la mejor educación posible. Es normal que cuando ese esfuerzo no tiene los resultados que te gustaría, te sientas mal y te desesperes.

En este post te voy a dar unos consejos para que puedas mejorar el mal comportamiento de tus hijos de manera efectiva y con seguridad.

¿Qué es la conducta agresiva en los niños y cuáles son sus causas?

La conducta agresiva es un acto voluntario en el cual las personas mostramos una actitud violenta contra objetos o personas con la intención de hacer daño a los demás. Esta violencia se puede manifestar de forma física (patadas, tirar objetos…) o verbal (gritos, insultos…).

Principales factores que generan la conducta agresiva en la infancia

Seguramente que alguna vez te has preguntado por qué tu hijo actúa de forma agresiva cuando no consigue lo que quiere.

En este apartado te daré respuesta a esta pregunta, explicándote los motivos que pueden llevar a los niños a gestionar su malestar de forma agresiva.

La dificultad para regular las emociones, la baja tolerancia a la frustración, el aprendizaje mediante modelado (imitación) de las figuras de referencia y el refuerzo positivo que genera la conducta agresiva, son los principales factores que provocan que se den conductas agresivas en niños.

Veamos estos factores de forma individual:

  • Dificultad para regular las emociones: la educación emocional no es algo a lo que se dé importancia en nuestra sociedad. Las emociones, que como sabéis son muchas, son respuestas que nuestro cerebro da según los estímulos que recibimos durante todo el día. Pueden haber muchos estímulos externos y por eso, es normal que nuestro estado de ánimo varíe a lo largo del día. Esto hace que sea necesario que nuestros niños aprendan a gestionar sus emociones desde pequeños.
  • Baja tolerancia a la frustración: la frustración es una emoción que aparece cuando las cosas no salen como nos gustaría. La sociedad en la que vivimos, en la que lo importante y lo que nos hace sentir bien es tenerlo de forma rápida, provoca que los niños aprendan que costumbres poco saludables emocionalmente y que tienen un impacto negativo en sus emociones.

La gestión emocional es algo que aprendemos a lo largo de nuestra vida, como te explicaré más adelante. Si no damos la oportunidad a los niños de poner en práctica este aprendizaje, los estamos perjudicando, porque no siempre podrán tener las cosas cuando ellos deseen.

Es importante que los enseñemos a los niños a gestionar sus emociones de una manera “sana”, en un ambiente donde se sientan seguros y acompañados. 

  • Aprendizaje por imitación: los niños aprenden imitando lo que ven en los adultos, lo que se conoce en psicología como aprendizaje vicario. Ver comportamientos agresivos en las personas importantes para ellos hace que imiten esos comportamientos, porque creen que es lo correcto.
  • Refuerzo positivo de la conducta agresiva: el refuerzo positivo hace referencia a las cosas agradables que obtenemos cuando realizamos una conducta determinada. Estos beneficios tienen como resultado que esa conducta se repita. En el caso de la agresividad en los niños, el refuerzo se produce porque el niño obtiene algo que le gusta después de su mala conducta.

Te voy a poner un ejemplo, vas al supermercado con tu hijo y se pone a gritar porque quiere que le compres sus caramelos favoritos. Ante el malestar que te produce su mal comportamiento, cedes y le compras los caramelos.

De esta forma, tu hijo consigue lo que quiere y saca un beneficio de su comportamiento agresivo. El hecho de conseguir su objetivo después de comportarse de una forma incorrecta, hará que esta forma de actuar se repita en el futuro.

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¿Qué es un “niño tirano” y por qué muestra esta conducta?

¿Alguna vez te has hecho esta pregunta?

Un niño tirano es un niño que desafía constantemente, manipula, lleva la contraria, no respeta las normas ni los límites, no tolera el “no”, considera que todo lo que le pasa es culpa de los demás, no se arrepiente de sus actos y siente la necesidad de controlarlo todo.

También, suele frustrarse fácilmente y responde con insultos, pataletas, golpes, gritos, etc., cuando no consigue lo que quiere. Los síntomas acostumbran iniciarse hacia los 6 años, una edad en la cual deberían haber aprendido a usar el lenguaje para informar al adulto de sus necesidades.

Se ha observado que las dificultades que presentan estos niños tiranos están relacionadas con problemas para reconocer y regular sus emociones, y empatizar con los demás. Debido a la falta de empatía, no entienden que sus conductas pueden dañar a los demás, lo que explica su falta de arrepentimiento.

Cómo hablar con tu hijo sobre sus emociones y conductas difíciles

Como se ha comentado en apartados anteriores, la educación emocional no es un tema que está establecido en nuestra sociedad. Los niños aprenden a regular sus emociones desde que son bebés, por tanto, se va construyendo a lo largo de todo el desarrollo evolutivo del menor a través del contacto con las figuras de apego, normalmente los padres.

Para consolidar este aprendizaje es importante que te acerques a tu hijo, lo ayudes a poner palabras a eso que siente, a entender el porqué lo siente y a normalizar esas emociones.

Esto le ayudará a saberlas gestionar de una forma saludable y a sobrellevar las situaciones difíciles con las que se pueda encontrar en su día a día.

Validación de emociones para reducir reacciones agresivas

La validación emocional trata de escuchar sin juzgar, enseñar a la persona a aceptar lo que siente, explicarle que es algo normal y hacer que se sienta comprendida.

A los niños les cuesta identificar, comprender, expresar y gestionar sus emociones, y necesitan la ayuda de un adulto para hacerlo. Estas dificultades, a veces, provocan que expresen su malestar de formas inadecuadas, como las conductas agresivas.

En relación con esto, hemos de enseñar a los niños a que no hay emociones buenas ni malas, que todas son necesarias para vivir y que es importante expresarlas, porque eso les hará sentir mejor.

Para ello, es fundamental que como adulto hagas de modelo, que compartas tus emociones con tu hijo. Esto permitirá que vea la expresión emocional como algo normal, y le ayudará a no culparse por sentir lo que siente, a regular sus emociones y se reducirán las conductas agresivas.

Enseñar a los niños a usar palabras para expresar sus emociones

Es importante enseñar a los niños un vocabulario emocional que puedan entender y que les ayude a expresar cómo se sienten. Una buena manera de hacerlo es a través del modelo del adulto.

Para hacerle de modelo, acércate a tu hijo cuando sientas alguna emoción, tanto agradable como desagradable, sincerate con él, explicale como te sientes y el por qué.

Ejemplos de ello serían: “Mamá está triste porque ha perdido su monedero”. “Papá está contento porque es su cumpleaños”.

Otra manera de enseñarle ese vocabulario emocional es preguntándole directamente a él que le ha pasado, cómo se siente (incluso darle opciones de respuesta) y explicarle por qué se puede sentir así.

Aquí tienes algunos ejemplos: Veo que estás enfadado, ¿es así?; ¿Quieres explicarme qué te ha pasado?, quizás así te pueda ayudar.

Por otro lado, es interesante el uso de cuentos o juegos para reforzar ese aprendizaje de manera entretenida.

Ejemplos de juegos: emotiö, yo descubro las emociones, la rueda de las emociones, te lo digo con la cara-Clementoni.

Ejemplos de cuentos: Tengo un volcán, Soy más fuerte que la ira, El monstruo de colores.

Estrategias para negociar con niños difíciles

La negociación es un acto en el cual dos o más personas llegan a un acuerdo sin desatar un conflicto. Esta habilidad se va aprendiendo a medida nos vamos enfrentando a situaciones difíciles y es necesario que, como adultos, acompañemos a los niños en todo este proceso.

Trabajando esta negociación, a parte de evitar el conflicto, enseñas a tu hijo a que no siempre puede conseguir todo aquello que desea y a aceptar esta renuncia de una manera emocionalmente saludable, regulando el malestar.

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Ofrecer opciones limitadas para evitar conflictos

Para saber cómo negociar con los niños de forma efectiva y evitar el conflicto es necesario ofrecerles opciones en lugar de imponer nuestra opinión y no dar una respuesta negativa directamente, mucho menos sin dar un motivo aparente que ellos puedan entender.

De esta manera reducimos los conflictos de poder, es decir, ofrecemos un ambiente cálido y respetuoso y facilitamos que el niño se sienta tranquilo y seguro.

Con la negociación también estás poniendo límites a tu hijo, algo muy necesario en esta etapa del ciclo vital y para la vida en general.

Los límites, aunque pueden parecer molestos, les aportan seguridad, fomentan su autocontrol y les permiten aprender que hay unas normas y que hay que respetarlas para que las cosas funcionen correctamente.

Consecuencias lógicas en lugar de castigos

Las consecuencias lógicas se utilizan para enseñar a los niños como tienen que comportarse.

Para aplicarlas correctamente, tienen que cumplir unas características: ser coherentes con la conducta que queremos corregir, tener un tiempo limitado y deben darse inmediatamente después de realizar la conducta, para que el niño pueda establecer la relación conducta-consecuencia y consigamos un aprendizaje efectivo y duradero.

Con esta forma de enseñar, los niños aprenden que sus comportamientos tienen unos efectos pero de una manera respetuosa, explicándoles por qué se aplica esa consecuencia y las cosas negativas que provoca su mal comportamiento.

Para que el aprendizaje sea efectivo, es importante que permitas a tu hijo que reflexione sobre su mal comportamiento y que entienda la utilidad de esas consecuencias. Esto le ayudará a aceptarlas mejor.

Un ejemplo de consecuencia lógica sería: tu hijo no hace los deberes. Si tu hijo no hace los deberes cuando se lo pides, una consecuencia lógica podría ser que no podrá jugar hasta que no los termine.

Por el contrario los castigos punitivos, son otra forma de enseñar a nuestros hijos pero mucho menos efectiva, porque crean miedo e inseguridad en los niños.

Establecer normas y límites claros para un hogar equilibrado

Las normas nos ayudan a convivir con los demás de una forma ordenada. Los niños, al igual que nosotros, las necesitan para saber qué es lo que esperamos de ellos. Estas normas les ayudan a poner orden en su día a día y les dan seguridad.

Crear normas claras y coherentes para reducir la conducta desafiante

Para que las normas sean útiles, tienen que ser claras y fáciles de entender para los niños, adaptadas a su edad y que estén escritas de forma positiva.

Con las normas los niños aprenden a regular sus emociones y a tener control sobre ellos mismos, gracias a que les ofrecen una estructura, les dan tranquilidad y seguridad, y les permiten anticipar las consecuencias que puede tener su comportamiento.

A veces la mala conducta ocurre porque el niño no sabe gestionar la incertidumbre o no sabe lo que el adulto espera de él. Esto le provoca un malestar y una frustración que no sabe gestionar.

Con las normas evitamos esa incertidumbre y, como consecuencia, se reducen las conductas problemáticas producidas por la falta de regulación emocional.

Reforzar el comportamiento positivo para fomentar la cooperación

¿Sabes cómo aplicar una disciplina positiva hacia los niños?

El refuerzo es una técnica que se usa en psicología para enseñar a los niños cómo tienen que comportarse.

Hay dos tipos de refuerzo:

  • El refuerzo positivo consiste en dar algo agradable al niño después de hacer una conducta correcta. Esto puede ser algo material, los conocidos premios, o algo verbal mediante elogios y felicitaciones.
  • El refuerzo negativo consiste en retirar algo desagradable al niño, bien sea un objeto o una situación que le genera malestar. Al contrario que el castigo, aquí no estamos ofreciendo nada negativo, evitando el miedo y la inseguridad, y fomentamos su autoestima.

Estrategias efectivas para manejar la agresión infantil

Para manejar las conductas agresivas de tu hijo primero es importante que hagas un acompañamiento desde la tranquilidad y la serenidad. Si tu hijo ve que su figura de referencia no es capaz de regularse, él tampoco lo hará, y esto hará difícil que pueda manejar su autocontrol. Es lo que hablábamos anteriormente del modelado.

Técnicas prácticas para ayudar a los niños a desarrollar el autocontrol

Hay muchas técnicas que pueden ayudar a tu hijo a saber controlarse y manejar la agresión. A continuación te explico algunas de ellas y te enseño cómo puedes ponerlas en práctica.

  • Respiración profunda: siéntate con tu hijo en un lugar cómodo. Pídele que ponga una mano frente a él y que imagine que cada uno de sus dedos son montañas que tiene que subir y bajar. Con el dedo índice de la otra mano tiene que ir resiguiendo los dedos de la mano que tiene frente a él. Pídele que coja aire mientras sube “las montañas” y lo expulse mientras las baja.
  • Tiempo fuera: la técnica trata de enviar al niño a un lugar tranquilo alejado de la zona donde se ha producido el conflicto o la conducta inapropiada para que se calme y reflexione sobre su comportamiento. Hemos de hacer entender al niño que este lugar no es una zona de castigo sino de calma y tranquilidad. La zona ha de estar libre de juguetes y distracciones. El tiempo que ha de pasar ha de ser proporcionado a su edad. Se recomienda hacer tantos minutos como años tenga el niño. Por ejemplo, un niño de 6 años pasará 6 minutos en el “tiempo fuera”.
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  • Actividades relajantes: para disminuir la agresividad y ayudar a que el niño canalice la ira podemos ofrecerle objetos que para apretar tipo cojines o pelotas antiestrés, escuchar música tranquila, soplar burbujas de jabón, etc.

Modelar un buen manejo emocional como padres

Como hemos ido comentando, el modelo de los padres es muy importante para el aprendizaje de los hijos. Los padres que tienen buenas capacidades para controlar y regular sus emociones, son un buen ejemplo a seguir para sus hijos.

Por tanto, si tu eres capaz de autorregularte y tener un buen control de tus emociones, tus hijos imitarán esas maneras de hacer y las pondrán en práctica cuando las necesiten.

Algunas formas de enseñar a tus hijos a controlar sus emociones son:

  • Muestra a tu hijo lo que haces cuando estás estresado/a o ansioso/a.
  • Habla abiertamente con tu hijo de lo que sientes y lo que te ha pasado.
  • Valida tus propias emociones para que las normalice.
  • Explícale qué técnicas usas tú para solucionar tus problemas de una forma que pueda entender.

A lo largo de este artículo te he dado estrategias para ayudarte a educar a tus hijos en inteligencia emocional y para que puedas afrontar situaciones difíciles derivadas de su falta de autorregulación, como las conductas agresivas.

En nuestro centro, encontrarás especialistas en psicología infantil que te pueden ayudar en este sentido, dándote estrategias que te pueden ayudar a gestionar tus propias emociones, como padre o madre, y a validar y acompañar las de tu hijo.

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Ylenia Regales
Terapeuta de adultos, infantil y pareja en Ylenia Regales Psicología Granollers | Web | + posts

Colegiada 20921
• Licenciada en psicología en Universidad de Barcelona.
• Master en Terapia Cognitivo-social. Especialización en Infancia y Adultos en Universidad de Barcelona.
• Postgrado en atención temprana y psicomotricidad en la Universidad de Nebrija.
• Especialización en TREC (Terapia Racional Emotiva).
• Especialización en Terapia Breve Estratégica (TBE).
• Especialización en terapia de pareja por la Universidad de Barcelona y centro Dendros.
• Terapeuta de adultos, infantil y pareja.