Relaciones tóxicas: qué son, cómo identificarlas y cómo empezar a salir de ellas

Muchas veces lo tóxico se disfraza de amor, de atención, de necesidad de estar con la otra persona. Si alguna vez has sentido que algo en tu relación no va del todo bien pero no sabes por qué, este artículo puede ayudarte a entender mejor lo que ocurre.

Te explicaremos qué son las relaciones tóxicas, cómo puedes reconocerlas, cómo afectan en tu vida, qué tipos hay y cómo puedes empezar a salir de ellas.

¿Qué es una relación tóxica y por qué cuesta identificarla?

Una relación tóxica no es simplemente una relación difícil. Todas las relaciones pasan por momentos complicados, pero no hay que confundir una crisis puntual con una relación dañina.

En una relación sana es normal que haya conflictos, discusiones y puntos de vista diferentes, pero también ha de haber diálogo, respeto y cuidado mutuo.

Una relación se vuelve tóxica cuando te hace más mal que bien, te apaga y empiezas a dejar de ser tú mismo/a para evitar el conflicto.

En este tipo de relaciones hay manipulación, control, chantaje emocional, miedo, culpa o desprecio.

A veces cuesta identificarlas porque, en muchas ocasiones, el daño llega poco a poco y sin darte cuenta. Empieza con una crítica “constructiva”, con una broma incómoda, con una decisión que se toma por ti “porque es lo mejor”.

Lo justificamos, porque también hay momentos buenos, porque al principio todo era diferente… porque queremos creer que va a cambiar. Además estamos tan metidos/as en la dinámica que acabamos normalizando el malestar.

Razones por las que no siempre reconocemos una relación tóxica

A veces no reconocemos una relación tóxica porque estamos demasiado involucrados/as emocionalmente. Queremos creer que todo va a mejorar, que el otro cambiará, que lo malo es solo una fase.

Nos aferramos a los buenos momentos vividos y justificamos los malos. Además, si la otra persona nos culpa o nos manipula, acabamos dudando de nosotros/as mismos/as, nos confundimos. Y es más común de lo que imaginas.

Tipos de relaciones tóxicas más comunes

Cuando hablamos de relaciones tóxicas, nos vienen a la cabeza las relaciones de pareja, pero en realidad, una relación tóxica puede aparecer con cualquier tipo de relación. Hay amistades que asfixian, familiares que manipulan o ambientes de trabajo donde te hacen dudar de tu valía y no todas hacen daño de la misma manera.

Algunas son más directas y tienen signos visibles, con gritos, desprecios, golpes o chantajes. Otras son más sutiles, pero igual de dañinas: silencios que castigan, sarcasmos constantes, miradas que juzgan.  Puede que no haya golpes, pero sí heridas, y ¡eso también cuenta!

Lo peor es que a veces te acostumbras, justificamos esos actos, aguantamos y minimizamos lo que sentimos.

Reconocer que una relación te está haciendo daño es el primer paso para poder salir de ahí. No necesitas justificarte. Sentir malestar ya es motivo suficiente para parar y mirar qué está pasando.

A continuación te explicamos cómo son las relaciones tóxicas según el tipo de relación donde se den:

Pareja

Cómo te hemos explicado anteriormente, no todo el maltrato en pareja es físico. A veces es emocional, sutil, silencioso.

Una relación de pareja debería darte calma. Si tienes que medir cada palabra para no enfadar, si sientes que nunca haces suficiente, siempre tienes que estar justificando lo que haces o dejas de hacer y perdonando humillaciones, algo no va bien. Esto puede que no sea amor, sino dependencia.

Familiares

Hay vínculos familiares que asfixian y a veces no nos damos cuenta, que chantajean con el cariño, que usan la culpa como herramienta para controlarte. Y como “es tu familia”, lo aguantas.

¿Cómo van a hacernos nuestros padres o nuestros hermanos? Pues sí, a veces ocurre y no tenemos porque aguantarlo. La familia no siempre cuida. A veces invalida, manipula o nos hace sentir que no somos suficientes.

Amistades

Un amigo o una amiga no debería competir contigo ni alegrarse cuando algo va mal, sino acompañarte, cuidarte y protegerte.

Las amistades tóxicas son las que te hacen sentir juzgado/a, utilizado/a o solo/a incluso estando acompañado/a. Si te callas por no discutir, si siempre cedes tú, si siempre acabas triste después de ver esa persona, quizás esa amistad no te conviene.

Relaciones tóxicas en el trabajo

En el trabajo hay jefes que quieren controlarlo todo, compañeros que nos manipulan, ambientes dañinos que nos hacen sentir mal.

Un trabajo no debería hacerte sentir miedo o inferioridad constante. No debería ser una carga levantarte cada día para ir a tu puesto de trabajo. Si cada día acabas agotado/a emocionalmente, hay algo que no va bien.

Relación tóxica con uno/a mismo/a

A veces la relación que te hace más daño es la que tienes contigo mismo/a. Cuando te hablas mal, te exiges demasiado y nunca te permites fallar, te estas haciendo un daño contínuo y sin tregua.

La manera como nos relacionamos con nosotros mismos, afecta a la forma en que nos relacionamos con los demás. Si eres tú mismo/a es que no se escucha, no se cuida y se trata con desprecio, cualquier otro vínculo puede verse afectado de forma negativa.

senales relaciones toxicas

Señales de que puedes estar en una relación tóxica

A veces, algo dentro de ti sabe que esa relación te está haciendo daño, pero no acabas de saber por qué. Te sientes confundido/a, con la sensación de que exageras o que estás siendo injusto/a. 

El nudo en el estómago, la ansiedad que aparece sin avisar y las ganas de llorar sin motivo, son sensaciones corporales que nos indican que algo no va bien.

Una relación tóxica no siempre es evidente, pero deja pistas. Aquí van algunas:

  • Sientes ansiedad o tristeza cuando estás con esa persona.
  • Te culpas por todo, aunque no sea responsabilidad tuya.
  • Dejas de hacer cosas que antes te gustaba.
  • Evitas decir lo que piensas para evitar discusiones.
  • Estás en un estado de alerta constante.
  • Te sientes pequeño/a, confundido/a o con miedo.

Si te reconoces en varias de estas señales:

  • Para
  • Respira
  • Escucha lo que estás sintiendo

Si esto te ocurre, no estás exagerando, tu malestar tiene sentido y es importante que lo escuches.

Emocionales

La ansiedad aparece sin que sepas por qué.

  • Tu cuerpo vive en una alerta constante, como si algo malo fuera a pasar.
  • Vives con miedo, con culpa o con una tristeza que no se va.
  • Poco a poco vas perdiendo la alegría.
  • Te invaden las dudas o la sensación de no ser suficiente. 

Conductuales

  • Empiezas a dejar de quedar con tus amistades
  • Cancelas tus planes
  • Evitas relacionarte con ciertas personas para no incomodar.
  • Te vas aislando sin darte cuenta.
  • Lo que antes te hacía bien ya no lo haces.
  • Tu rutina cambia por miedo, presión o desgaste.
  • Evitas decir lo que piensas o lo que sientes.
  • Tienes miedo a que se enfade, a que haya una discusión

Relacionales

  • Hay control disfrazado de cuidado.
  • Te hacen comentarios como «es por tu bien» cuando en realidad te están diciendo cómo tienes que vestir, con quién puedes hablar o qué tienes hacer.
  • Sientes que lo que dices no importa.
  • Te interrumpen, te minimizan, te hacen sentir que exageras.
  • Te invalidan constantemente.
  • La relación es una montaña rusa y nunca sabes a qué atenerte.: cambios de humor, silencios largos, momentos de afecto…

¿Por qué nos cuesta tanto salir de una relación dañina?

Salir de una relación que te hace daño no es tan fácil como decir «esto no me conviene, me voy». Hay muchos hilos invisibles que nos atan, incluso cuando sabemos que algo no va bien.

No se trata de debilidad ni de falta de valentía. A veces es el miedo, otras veces la esperanza, otras el desgaste emocional que te deja sin fuerzas para tomar decisiones. Y, en muchas ocasiones, un poco de todo a la vez.

Lo complicado es que estas relaciones suelen tener momentos buenos, o al menos, momentos donde parece que todo mejora. 

Esos ratos donde la otra persona vuelve a ser cariñosa, se disculpa o promete cambiar, generan confusión. Te agarras a esos momentos como si fueran la prueba de que «todavía hay algo que salvar».

Luego vuelve el maltrato, el desprecio o el silencio frío y tú vuelves a sentirte perdido/a, culpable, confundido/a.

como salir relacion toxica

Es importante saber que no estás solo/a. Muchas personas viven esto. Y reconocerlo, sin culparte, es un primer paso enorme. Porque no se trata de “ser fuerte” y ya está. Se trata de acompañarte con cariño mientras te reconstruyes.

El vínculo traumático o apego ansioso

El apego suele venir de historias pasadas: infancia con padres ausentes, amor condicionado, miedo al abandono, falta de seguridad emocional.

El apego ansioso nace cuando el cariño y el maltrato se mezclan constantemente. Un día te dice que eres lo mejor que le ha pasado, y al siguiente te ignora, te humilla o te hace sentir pequeño/a. Eso genera una adicción emocional: necesitas su aprobación, su atención…

Desde la terapia puedes empezar a trabajar el desapego emocional, reconectar contigo y dejar de sostener vínculos que te apagan.

Miedo a la soledad o al fracaso

Muchas personas se quedan en relaciones dañinas porque tienen miedo a la soledad, al vacío que aparece cuando ya no sabes quién eres sin esa persona. El miedo a quedarte sin pareja, a no encontrar a nadie más, puede paralizarte, y no porque no valgas, sino porque te han hecho creer que no eres suficiente.

Estar solo/a, a veces es el principio de una nueva vida.

Baja autoestima y normalización del maltrato

En este tipo de relaciones, las faltas de respeto, los gritos, los celos o el control se ven como algo normal.

Todo esto hace que tu autoestima se vaya dañando. Empiezas a creer que te lo mereces o que no puedes aspirar a algo mejor. Incluso puedes llegar a sentir culpa por pensar en irte.

¡Recuerda! nada justifica el maltrato. Ni tus errores, ni tus inseguridades. ¡Nada!

Dinámicas emocionales que perpetúan la relación tóxica

Hay mecanismos emocionales que te atrapan sin que te des cuenta. Como si estuvieras enredado/a en una tela de araña invisible. Son patrones que se repiten y que te hacen dudar de ti mismo/a, que te llenan de culpa o esperanza, según el día.

Muchas personas en relaciones tóxicas generan confusión a las personas que están en ellas. Un día creen que van a romper, y al siguiente están ilusionadas porque la otra persona está cambiando. Así van pasando los días, las semanas, incluso los años.

Este desgaste constante te hace perder perspectiva. Ya no sabes si estás exagerando o si es normal. Estás atrapado/a en una dinámica que te desgasta emocionalmente. Entender ese funcionamiento es un primer paso para ver las cosas más claras y dar un paso hacia el cambio.

Es importante que recuerdes que el amor de verdad no te tiene en vilo, no te hace dudar de tu valor, no te hace daño.

El ciclo de la relación tóxica

Las relaciones tóxicas suelen seguir un patrón repetitivo que te atrapa.

  1. Tensión: pequeñas discusiones, silencios incómodos, miradas que juzgan.
  2. Conflictos: gritos, desprecios, amenazas o castigos emocionales.
  3. Disculpas: promesas de cambio, gestos cariñosos, mensajes de “no puedo vivir sin ti”.
  4. Fase de luna de miel: todo parece perfecto, como al principio.

Reconocer este ciclo es clave para entender que no estás fallando tú, sino que es la relación la que está rota.

Cómo se va dañando la autoestima

La autoestima no desaparece de golpe. Hay muchas señales que van dañando nuestra autoestima casi sin darnos cuenta:

  • Un comentario hiriente
  • Las burlas
  • Tus decisiones que no se tiene en cuenta
  • Un grito que te hace callar.

Al principio protestas, pero después, te callas y lo justificas. Piensas: “mejor no decir nada”. “No quiero discutir”. “Quizá tiene razón”.

Te vuelves alguien que sobrevive en vez de vivir. Y eso duele y mucho.

Consecuencias psicológicas de un vínculo tóxico

El impacto de una relación tóxica afecta tanto a tu mente como a tu cuerpo. A continuación te explicamos detalladamente qué síntomas concretos se dan en este tipo de relaciones.

A nivel emocional:

  • Cada vez te cuesta más confiar en los demás
  • Tu autoestima se va deteriorando
  • Hay una ansiedad permanente
  • Tu mente siempre está en alerta
  • Te sientes confundido/a, como si vivieras en una niebla emocional constante
  • Cada día te cuesta un poco más ver lo que necesitas.
  • Te olvidas de lo que tú necesitas y te apagas

A nivel físico:

    • Dolor de cabeza
    • Dolores musculares
    • Palpitaciones presión en el pecho
    • Problemas digestivos: náuseas, sensación de nudo en el estómago
    • Problemas para dormir

Cómo se trabaja en terapia

En muchos casos, el enfoque EMDR ayuda a trabajar los traumas relacionados con relaciones tóxicas, especialmente cuando hay bloqueos emocionales o recuerdos dolorosos difíciles de procesar.

En terapia te ayudamos a entender lo que te pasa, sin juzgarte ni minimizarlo, creando un espacio seguro de escucha y acompañamiento. Se trabajan tus patrones de apego, la forma que tienes de vincularte con los demás, tus heridas de infancia, tus necesidades afectivas, la toma de decisiones, tus creencias, etc.

La terapia no es solo sanar lo que pasó con el otro, es aprender a relacionarte contigo mismo/a desde el cariño y la autocompasión. Todo esto requiere tiempo y paciencia, por eso es importante empezar lo antes posible. Porque cuando tú cambias la forma en que te tratas, también cambian tus vínculos.

Validación del malestar y toma de conciencia

El primer paso en terapia es reconocer lo que te ocurre, ponerle nombre, validarlo, sin minimizar el malestar, desde el respeto hacia ti mismo/a y la compasión. En la consulta, se crea un espacio seguro donde lo que sientes, es escuchado sin juicio.

Ponerle nombre a lo que estás viviendo, no solo alivia, también te permite empezar a comprender por qué duele tanto y qué impacto tiene en ti.

Historia de apego y autoestima

Detrás de cada relación, hay patrones que aprendimos cuando éramos niños, a través de la relación que tuvimos con nuestros cuidadores.

El terapeuta te ayudará a explorar esa historia: cómo te vinculaste en tu infancia, qué creíste que era el amor, qué sentías que tenías que hacer para ser visto/a o querido/a.

Comprender estas raíces no es para buscar culpables, sino ayuda a dejar de repetir ciclos que nos dañan.

Reforzar el autocuidado, los límites y la identidad

Las relaciones tóxicas muchas veces dañan nuestra autoestima. En terapia se trabaja para reconstruir tu capacidad para cuidarte, de ponerte en primer lugar sin culpa, de poner límites a los demás, priorizarte y a volver a ser el dueño de tu vida.

Es un proceso que requiere práctica y paciencia, pero cada pequeño límite que pones es un acto de amor propio y autocuidado.

¿Qué ocurre si no puedo dejar la relación aún?

A veces sabes que esa relación no te hace bien, pero no puedes salir aún y eso no significa que seas débil, ni que estés eligiendo sufrir. No todas las personas pueden dejar una relación tóxica de inmediato, no es solo cuestión de voluntad.

A menudo hay miedo, dudas, muchas historias compartidas, recuerdos, dependencia económica, hijos en común, un apego muy fuerte, o simplemente… aún no estás preparado/a y eso está bien.

Lo importante es que empieces a mirarte con compasión, no con culpa, que reconozcas lo que sientes, que no te juzgues por seguir ahí. El primer cambio no siempre es salir: a veces es empezar a darte cuenta de que algo duele, y que te mereces algo mejor.

Este proceso es sólo tuyo, y nadie tiene derecho a marcar tus tiempos. No se trata de forzarte, sino de acompañarte mientras te fortaleces. Incluso si no puedes irte hoy, si puedes empezar a cuidarte

Cuidados emocionales mientras decides

Aunque no hayas dado el paso aún, puedes empezar a cuidarte. Empieza por lo pequeño: escribe lo que sientes, date espacio para pensar, habla con alguien de confianza, busca una red de apoyo. No tienes que hacerlo todo sola/o. Solo empezar a poner un poco de luz donde hoy hay confusión.

Autocompasión y validación del proceso

No tienes que tomar todas las decisiones hoy. Recuerda que esto es un proceso y que hayas dado el paso, ya tiene mucho valor. Hablar de lo que te pasa, sentir confusión, no saber qué hacer… también forma parte del cambio.

A veces puedes sentir que te contradices, que un día quieres irte y al otro no. ¡Es normal!. La autocompasión es permitirte estar en medio del proceso sin exigirte certezas.

Falsas creencias sobre las relaciones tóxicas

Muchas ideas erróneas nos atrapan y nos hacen normalizar lo que nos hace daño. Aquí van algunas de las más comunes:

  • “Si aguanta es porque me quiere”
    Amor no es aguantar sufrimiento. El amor verdadero no duele ni se construye desde el daño.
  • “Soy yo quien exagera”
    No. Si algo te duele, es válido. Dudar de tus emociones es parte del ciclo del maltrato. No estás exagerando: estás sintiendo.
  • “Todas las relaciones son así”
    No todas. Las relaciones sanas existen. No son perfectas, pero sí respetuosas, estables y seguras. El caos constante no es normal y conviene darse cuenta y poner solución cuanto antes.
  • “Si tiene celos es porque me ama”
    Los celos no son amor, son control. Y control no es cariño: es miedo disfrazado.
  • “Lo hace porque está mal, no porque no me quiera”
    Entender el dolor del otro no justifica que lo descargue contigo. Hay que tener empatía, pero dentro de unos límites.
  • “Es mi culpa por provocarlo/a”
    Nadie tiene derecho a maltratarte, por más enfado que esté. La violencia nunca es tu responsabilidad.

¿Cómo es una relación sana?

Cómo te hemos explicado en apartados anteriores, una relación sana no es perfecta, pero sí segura. Es un espacio donde puedes ser tú sin miedo, puedes expresarte sin culpa, te permites poner límites, te escuchan, te respetan, te dan tu lugar.

  • No tienes que estar en alerta ni caminar con cuidado para no “molestar”.
  • Puedes hablar de lo que sientes sin temor a que se enfaden o se alejen.
  • Los momentos difíciles se resuelven con comunicación, respeto, escucha, no con gritos ni castigos.
  • Te sientes libre y en paz.

Aunque te cueste imaginarlo ahora, ese tipo de vínculo existe. Y mereces vivirlo.

relaciones toxicas identificar

Características de una relación saludable

Una relación sana es un lugar donde puedes ser tú, sin miedo a ser juzgado/a o castigado/a por expresar o sentir.

Una relación sana es:

  • Respeto y cuidado mutuo
  • Espacio de crecimiento personal
  • Sentirse valorado/a
  • Comunicación sincera
  • Espacio personal
  • Seguridad a la hora de hablar y poner límites sin culpa

Cuándo pedir ayuda psicológica

A veces, lo más difícil no es aceptar que una relación te hace daño, sino reconocer que necesitas ayuda para salir de ella. Aunque algo dentro de ti ya sospecha que eso no es amor, el miedo, la confusión o la culpa pueden paralizarte.

Pedir apoyo psicológico no es un signo de debilidad, sino todo lo contrario. Es un acto de valentía, de autocuidado.

Hay momentos en los que no puedes más, pero tampoco sabes por dónde empezar. Ahí es donde la terapia se puede convertir en ese espacio seguro donde por fin te escuchas, sin filtros, sin exigencias y sin juicios.

No hace falta llegar al límite para pedir ayuda. Basta con sentir que algo dentro de ti ya no quiere seguir callando.

En terapia el profesional te acompaña y te ayuda a entender lo que estás viviendo y a recordarte que tu bienestar también importa.

También puede ayudarte a comprender por qué te cuesta soltar, qué partes de tu historia están involucradas y cómo recuperar tu fuerza interior.

No se trata de saber exactamente qué hacer, sino de dejar de hacerlo todo en soledad.

Señales de alerta emocional o riesgo

  • Sientes que estás atrapado/a
  • Tu ansiedad no baja
  • Te cuesta dormir
  • Cada día se te hace más difícil funcionar
  • Te aíslas y dejas de hacer cosas que antes te gustaban por lo que pueda pensar la otra persona
  • Vives con miedo o culpa constante.
  • Cambias tu forma de ser

Lo que puede ofrecerte la terapia

Espacio seguro, validación, orientación sin juicios.

La terapia es un espacio donde no tienes que fingir. Donde puedes hablar sin miedo y sin sentirte juzgado/a, llorar sin sentir que eres débil, pensar en voz alta.

Un lugar donde puedes reconstruirte desde la calma, revisar lo que viviste y empezar a sanar desde el respeto, dándote herramientas para empezar de nuevo.

Mereces vínculos donde puedas respirar

Si estás buscando un psicólogo en Granollers que te acompañe desde el respeto y sin juicios, en nuestro centro podemos ayudarte a dar el primer paso.

Hay relaciones que nos ahogan, pero también hay otras que nos aportan paz, confianza y tranquilidad.

Muchas veces, seguimos en relaciones que nos hacen daño porque no entendemos del todo lo que nos está pasando.

Confundimos el control con cuidado, la culpa con responsabilidad, el control excesivo con amor. Y así, el malestar forma parte de nuestro día a día, sin darnos cuenta.

Tu te mereces este tipo de relaciones, vínculos que te hagan sentirte en paz, un lugar donde puedas ser tú mismo/a, sin miedo, sin dolor constante, sin culpa, sin tener que ir con pies de plomo todo el rato para agradar a la otra persona.

El primer paso empieza por creer que mereces más. No te conformes con sobrevivir una relación. Mereces vivirla con paz, y si no es así, mereces salir.

Elegirte, pedir ayuda y poner límites son actos de valentía y de amor propio.

psicologa granollers
Terapeuta de adultos, infantil y pareja at  | Website

Colegiada 20921
• Licenciada en psicología en Universidad de Barcelona.
• Master en Terapia Cognitivo-social. Especialización en Infancia y Adultos en Universidad de Barcelona.
• Postgrado en atención temprana y psicomotricidad en la Universidad de Nebrija.
• Especialización en TREC (Terapia Racional Emotiva).
• Especialización en Terapia Breve Estratégica (TBE).
• Especialización en terapia de pareja por la Universidad de Barcelona y centro Dendros.
• Terapeuta de adultos, infantil y pareja.

Rellena el formulario y nos ponderemos en contacto contigo